29.JUL.12 - POS.- 38 02 25 N 14 02 00 E TIME 20:00 UTC

Los viajes del Irenea
Amancio Macia
Sun 29 Jul 2012 19:00

Amarrados en Marina Service, Cefalu, Sicilia.

 

El sol se va poniendo mientras dejamos la Bahía de San Vito por nuestra popa, y su faro empieza a lanzarnos destellos, como si quisiera retenernos. Tenemos un  poco de viento térmico a la salida (10 nudos) que cala conforme damos rumbo a Capo Gallo. Animada conversación de bañera sobre nuestros días en San Vito, recuerdos de todo lo vivido. A las 21:00 UTC empezamos nuestro ritmo de guardias. Hay bastantes barcos grandes con AIS, pero también vemos pesqueros, lo que nos sorprende, porque  es sábado por la noche.

 

Damos rumbo directo a Cefalú, y dejamos Palermo por estribor. Le digo a Mateo que me avise para la Rueda, pero cuando lo hace sigo tranquilamente acostado en la bañera: tenemos 2 nudos de viento, vamos a motor, y ni sacamos la vela para estabilizar.

 

A las 03:00 UTC (05:00 LT) empiezo  mi guardia. Manuel me comenta que ha tenido mucho jaleo de barcos, así que se duerme rápidamente. Yo tengo bastante más suerte, y mi guardia es muy tranquila, y además de amanecida. Aminoramos marcha para llegar a Cefalú sobre las 08:30. Nos recibe un marinero en la gasolinera exterior, que nos asigna posto rápidamente. Todo a gritos, como debe ser. Habías leído sobre algunos problemas en el puerto con el calado, pero no tenemos ninguna sonda inferior a 4 metros. Luego descubrimos que hay una gasolinera interior completamente inservible por estar arenada. Han puesto una escalera de madera, y la gente se baña delante de los surtidores.

 

Trabajamos en algunas pequeñas reparaciones, y Mateo y Manuel se van al pueblo. Vuelven a las dos horas completamente sudados. Son casi 20 minutos de caminata, y el sol es de justicia. Comemos, y después de una siesta-sauna, las chicas vienen  a recogernos con el coche. Cefalú es una pequeña ciudad a los pies de un promontorio rocoso. Hay una importante Catedral, de estilo Románico Siciliano con reminiscencias normandas. Por supuesto tiene su barrio antiguo, con el encanto de las calles estrechas, los barrios de pescadores y las casas y terrazas abiertas al mar; pero ahora todo son bares, comercios y restaurantes. Paseamos alegremente, y aunque el sol se ha puesto, la temperatura no baja de 30 grados. Gente, en cantidad. Mateo ha reservado en un restaurante, “Le Botte”, donde damos fe de unos buenos antipasti  di mare y pasta a le Sarde.

 

Mañana iremos a una de los Éolias menos conocidas, Filicudi, donde ya estuvimos en el 2009. Que los vientos nos acompañen.