Sobre las 12:30 entra un poco de viento, y vamos a vela, haciendo una velocidad de 6 nudos. Pasamos los Freus sobre las 14:30 horas, y nos damos un baño sin fondearnos, al pairo, con una amarra por popa. Hablamos con el Olyvia por teléfono. Ellos se dirigen a la gasolinera de Marina Botafoch, en Ibiza, para repostar. Van unas 16 millas por delante de nosotros.

Ha sido un día de pequeñas reparaciones de mantenimiento. Se ha roto la funda del cabo del enrollador, y no pasa bien por el stopper. La quitamos, dejando solo el alma a la vista. Ponemos el roll gen, pero al cazar la driza con fuerza  salta el tensor del botalón. Como no hay dos sin tres, Manuel se ducha por la noche, y el manguito del grifo de agua caliente se suelta. Este era un fallo que ya venía avisando, por lo que había sido absurdo no repararlo. Sobre las 23:30 horas todo esta en su sitio.

Después de la experiencia de Amancio en el Atlántico planteamos un cambio en el sistema de guardias, y reducirlas de 3 a 2 horas; al final pensamos que este año no tenemos tantas noches, y volvemos a nuestras guardias de siempre: de 12 a 3 Mateo en rueda y Manuel en bañera, de 3 a 6 Amancio en rueda y Mateo en bañera, y de 6 a 9 Manuel en rueda y Amancio en bañera. Como el viento ha bajado a los 4 nudos, vamos a motor y casi sin vela, por lo que los de bañera pueden dormir en sus camas.

Justo en el cambio de guardia de las 03:00 llegamos a Punta Salinas, en Mallorca, y damos rumbo directo a la Isla del Aire. Estamos cerca de costa, y nos pasa algún barco, pero no hay mucho tráfico. Las luces de Mallorca cada vez se ven más pequeñas. Una vez más nos acercamos a uno de nuestros puertos favoritos, Mahon. La última vez no nos trató muy bien, pero nosotros sabemos perdonar. Y el balance es más que positivo. Y que demonios, es el mejor puerto para saltar a Cerdeña.