En navegación, entre Ponta Delgada (Sao Miguel) y Gibraltar.
Menudo día de navegación, para recordar. Ha sido un buen regalo de
cumpleaños.
Mateo vuelve a estar dormido cuando empieza la Rueda. Hoy estamos nosotros
solos. Rafael nos da la meteo, y pasamos a charlar un rato. Como tenemos tiempo,
le hablo de los tres tripulantes del Irenea en esta travesía. Se alegra de que
haya un militar en el barco. Comentamos también que Mateo aporto documentación
básica para los libros del General Alejandre, y eso nos lleva a una larga
conversación sobre la historia, sus libros, sus interpretaciones y los autores
de las interpretaciones. Nos comenta que es un apasionado de la Guerra Civil, y que ha leído y releído
con deleite todos los libros de Ricardo de la Cierva. Nos aconseja un par de
ellos: “No nos robarán la
Historia” y “Los años Mentidos”. Se nota
que le gusta el tema. Al final me dice: “seguro que quieres descansar o
cenar”. Pero seguimos un poco más. Finalmente nos comenta alguna noticia
de actualidad: el tema de Camps y sobre todo el atentado de Oslo.
Una noche más de guardias sin mayores complicaciones. Ya más
tranquilos de rumbo y aumentando el tráfico de mercantes. Amanece por fin un día
completamente despejado. Los pronósticos nos anuncian una subida del viento
hasta los 25 nudos y se cumplen a rajatabla. Recogemos algo de trapo y llevamos
el barco a mano, es una autentica delicia. Las olas son de cierto porte, pero
nobles. Para la hora de comer, la situación se va calmando, y volvemos a
nuestros 18 / 20 nudos. El componente además mejora, ya vamos casi al largo.
Quitamos la trinqueta, y nos movemos con mayor con un rizo y génova al 60%. Todos
vamos pasando por la rueda.
Comemos Rabo de toro estofado (de lata) con arroz blanco. De
postre, melocotón y piña en almíbar. Después del café, iniciamos una
interesante tertulia sobre el anticiclón, el alísio, la ODDA (“Orientation,
Direction, Decisión & Action”), la sociedad de consumo, el porvenir
de la vida para los más jóvenes, y el futuro de las navegaciones del Irenea. Casi
nada. Mientras charlamos en bañera, con uno a la rueda, comienzan a aparecer
ecos y ecos AIS de mercantes y buques de pasajeros. En un momento contamos casi
30. Los seguimos atentamente, pero vamos pasando entre ellos sin problemas. Estamos
cerca del cabo de San Vicente. Como saben, nuestra intención es recalar en
Lagos unos días, para ver un poco el Algarve, y preparar el paso del Estrecho.
Seguiremos informando.