7.JUN.11 - POS.- 34 25 00 N 35 43 00 W TIME 20:00 UTC

En navegación, entre Antigua y Horta (Azores). Justo después de enviar el mensaje, se nos acerca una tormenta por
estribor. El protocolo es el de siempre: reducimos mayor y estamos atentos. De
pronto, se pone a llover, y aumenta el viento por encima de los 20 nudos. Reducimos
génova. Vamos a más de 7 nudos, aunque llevamos poco trapo. A los 20 minutos,
deja de llover, y el viento va calando. Vamos sacando velas, primero todo el génova
y luego toda la mayor. Al principio, al Irenea le cuesta arrancar. 20 minutos después
de la tormenta estamos más o menos como antes de empezar. Y así unas cuantas
veces al día. A veces reducimos trapo y no pasa nada, pero la prudencia es indispensable
en estos casos. La noche transcurre en la misma tónica de la anterior. Alguna
pequeña tormenta, y un viento ligero que nos hace avanzar a unos 5 nudos; me
despierto en la bañera para la última media guardia (de 07:30 a 09:00) y me
encuentro a Kiko en la rueda, sonriendo. Aunque los pronósticos nos daban como
mucho un viento de 15 nudos de SE, nos encontramos con este componente, pero
con cerca de 20 nudos, que nos entran a un descuartelar. Tampoco hay mucha ola,
así que la navegación se hace una autentica delicia. El barco navegando a 7,5
nudos de media, y tragando millas sin parar. Algún pequeño roción en bañera,
pero nada grave. Conforme avanza el día, reducimos el trapo, pero mantenemos la
media. Al caer la tarde, volvemos a llevar el velamen al completo. En Como decía al principio, hoy a sido la primera singladura realmente
para recordar; la primera en la que el Atlántico ha parecido lo que debe ser. Tampoco
queremos mucho más. Si se mantiene así perfecto. Lo comentamos durante la
sobremesa con Kiko, que lógicamente era el más afectado por los 11 días de
calma. El barco va algo escorado a babor, así que quien más o quien menos se
busca la vida para nivelar sus literas. Pero después de leer el libro de
Chichester, donde confesaba que el Gipsy Moth IV siempre navegaba con 35 grados
de escora como mínimo, el Irenea parece un mercante. Ha cocinado Juan: unos entrecots trinchados con espárragos verdes y
habitas baby fritas con bacón. Para chuparse los dedos. Caula le ha echado
ketchup a la carne, y le hemos mirado todos un poco sorprendidos. De postre
nuestras últimas magdalenas emborrachadas con Ratafía y Palo Tunel. |