22.JUN.09 - POS.- 39 21 75 N 02 57 28 E TIME 12:30 LT
Amarrados en
Sa Rapita, Isla de Mallorca. Al virar los
Freus, mejoramos nuestro avance, y damos rumbo directo a Punta Salinas. Apoyando
con el motor a 2.400 vueltas estuvimos navegando toda la noche entre 6,5 y 7 nudos
de velocidad, así que recuperamos parte de lo perdido en nuestro camino hacia los
Freus. La noche ha
sido tranquila, y se nota que no es temporada alta, pues no hemos visto mucho tráfico
de recreo, y solo algunos ferrys y cargueros. Hacemos nuestras clásicas
guardias de 3 horas, de Conforme
avanza la noche, el viento cada vez mejora de componente, llegando a estar de
aleta aunque con intensidad baja, de fuerza 2-3. Amanecemos viendo Cabrera, y
conforme nos acercamos a Punta Salinas, el Olyvia nos informa que tiene algunos
problemas con su motor. Nada muy grave, parece que el filtro decantador de
combustible está muy sucio, y aunque Juan lo purga varias veces, llega un momento
que el motor se niega a arrancar. Juan contacta
con el puerto de Sa Rapita, donde estuvimos en el año 2.001 con el Ataifor, y donde
recogimos a Mateo en nuestro viaje hacia Mahón. En el
puerto hay sitio para los dos barcos, tiene buen acceso, le pueden dar remolque
de entrada, y no hay problema con mecánicos. Así que cuando ya estábamos
bastante cerca de Punta Salinas, decidimos no ir a Porto Colom y recalar en
este puerto. A las 12:30 entramos nosotros, hacemos combustible, y esperamos la
entrada del Olyvia, que es remolcado sin problemas, y le ayudamos a amarrarse
en el pantalán de transeúntes, junto a la bocana. Comemos en
le barco, y dormimos Mateo busca
un buen restaurante para cenar, pero descubrimos que los lunes cierra casi todo
en Sa Rapita (que es una colonia de
veraneo, con una buena playa, pero sin ninguna infraestructura urbana) y en Campos, que es la población más cercana. Al final
vamos al restaurante del Club Náutico, donde todo el servicio es extranjero
(principalmente sudamericano) y todos los comensales son alemanes e ingleses. Cenamos
un cabracho y un calamar de potera a la plancha, y aunque tememos por la
cartera, al final no hay un gran roto. El restaurante
es una terraza que da a una buena vista al Arenal de Sa Rapita, según las guías
“uno de los mas bellos de Mallorca, y que todavía conserva el aspecto
salvaje de las zonas vírgenes”. Una maquina trabaja incesantemente para
dejar la arena en perfectas condiciones. Nos vamos
al barco sobre las 24:30 horas. Refresca bastante, así que parece que
dormiremos bien. |