Amarrados en Marina Porto del Etna, Riposto (Sicilia). Amarre A-22.

Navegamos tranquilamente durante toda la noche, algo de viento de popa que nos empuja, aunque vamos a motor. Algún pequeño pesquero nos hace varias un poco el rumbo. Dejamos Taormina y Giardini Naxos  por estribor; hay una buena cantidad de barcos fondeados, y su tamaño no es despreciable. El Etna con una suave fumarola blanca preside todo el paisaje.

A las 08:30 enfilamos la bocana del puerto. Nada más entrar vemos indicaciones de la Marina, hay que contactar por le canal 74: por fin el mundo  civilizado, nada de gritos al ormeggiatore. Nos responden con prontitud, pero nos indican que la oficina no abre hasta la 09:00 LT, así que nos abarloamos a la gasolinera, y decidimos ir a tomar unos cafés. De vuelta hacemos el ingreso (que lleva su tiempo) y nos asignan amarre; nos vamos ciando con alegría.

Típica mañana tranquila, después de navegación nocturna. Algunas tareas de mantenimiento, limpiamos y guardamos la neumática, y damos un paseo por Riposto. Como diría el tío Rod, “Dilapidated City”.

Por la tarde llegan Carmen y Montse, y nos vamos a Taormina en coche. Está bastante lleno, pero tampoco es exagerado, salvo lo que nos cuesta dejar el coche en el aparcamiento. Vistas espectaculares, tiendas de lujo, terrazas no muy llenas (se nota la crisis) y cuando queremos llegar al teatro, resulta que está cerrado… Bueno para resarcirnos nos vamos a cenar a “La Vecchia Posta”, en Mascali, junto a Riposto. El cartel de la entrada ya lo dice todo: “Tutto Pesce”. Tienen erizos, y gambas crudas marinadas en limón, aceite y especias. Vino de la casa. Aceptamos el blanco, rechazamos el tinto, que es sustituidlo por uno que gusta con alegría; caen dos botellas. Nos tomamos algo en el concurrido bar de la Marina, que por primera vez en Sicilia, tiene servicios “a la europea”. Animada conversación.

Mañana salimos para Siracusa, la gran recalada de este periplo. Seguiremos informando.