23.JUL.11 - POS.- 37 42 00 N 12 45 30 W TIME 20:00 UTC

Los viajes del Irenea
Amancio Macia
Sat 23 Jul 2011 20:04

En navegación, entre Ponta Delgada (Sao Miguel) y Gibraltar.

 

El que siembra recoge, así de claro. Aunque como dijo Unai Basurto (el patrón del Pakea), “hasta que el barco no está amarrado nunca sabes lo que puede ocurrir”, la estrategia de ganar y mantener el Norte nos vale ahora, cuando el viento ya arrecia por encima de los 20 nudos, y hemos cambiado nuestra ceñida por un través, que aunque también tiene su movimiento, nos parece muy agradable. El mar, entablado y creciente, como es propio de un viento noble y constante. El piloto de viento trabajando con alegría, aunque siempre hay que estar atentos a los reglajes de velas.

 

Un poco antes del atardecer, se forma una potente tormenta frente a nosotros. De pronto todo esta negro entre los traveses de babor a estribor. Doy orden de zafarrancho. “Todos con los trajes y chalecos, rápidamente”. El jaleo que se monta es para rodarlo. Manuel saliendo de la ducha con Dios lo trajo al mundo. Mateo buscando toda su artillería Helly Hansen con cierto desorden. Yo me voy al armario de trajes de agua, y saco el mío; luego aparecen todo tipo de pantalones y  chaquetas. Sale un  peto, y digo: “es de Mateo”. Manuel se lo da rápidamente (aun sigue en pelotas) y Mateo se lo enfunda e intenta infructuosamente cerrar la cremallera, pero no avanza ni 10 centímetros; Manuel le espeta: “no lo sigas intentando, es mío”. Pero Mateo sigue erre que erre. Encuentro también la chaqueta de Manuel. Pero es una ligera parca cortavientos, así que le grito: “pero si esto no es una prenda “Offshore”. Las risas se escuchan por todo el barco. Para cuando consigo encontrar mis botas y calzármelas, Manuel ya esta vestido y Mateo sigue peleando con el peto. Salimos a la bañera, pero ya no hay ninguna nube negra… todos nos reímos. Como simulacro de zafarrancho ha sido un desastre.

 

Nuestro dietista personal, Manuel, a la vista de la escena del peto, y empeñado en mejorar nuestra figura, nos prepara unas judías verdes con tomate y huevo duro para cenar. Cantidades justas, se agradece. Ya estamos preparados para las guardias. Mateo dormita de 22:00 a 23:00 en la litera de estribor del salón (que ha pasado casi a ser su cama, y la de todos durante las guardias) pero con el inconfundible “hooola, hola, hoola; aquí Rueda de los Navegantes” con el que empieza Rafael todas las noches, da un respingo y se dirige a proa a ponerse su traje, botas, chaleco, línea de vida,  linterna estroboscopia y Live Tag. Listo para la primera guardia.

 

Hoy solo estamos nosotros en la Rueda. Unai envía un mail diciendo que no vuelve a navegar hasta el lunes, que está muy a gusto en Québec. Nos da la meteo, y comentamos el tema de la radio de Onda Corta y el teléfono Iridium en los barcos. “Bingo”. Rafael salta como un resorte. No hace ni 10 años no existían los teléfonos satelitarios (o no a un precio asequible) y la única comunicación con tierra eran las radios de Onda Corta o BLU. Los navegantes no accedía a información meteorológica, y la comunicación con Rafael todas las noches era básica. Ahora, la mayoría prefiere llevar un teléfono Iridium, bajarse sus propios partes, y piensa que en caso de emergencia llama al 112 y “alguien solucionará”. Rafael se indigna. Nos cuenta la anécdota de un catamarán valenciano en el Mar Rojo, que siendo atacado por piratas, y habiendo visto una fragata Alemana escasa media hora antes, tuvo que llamarle por teléfono; para cuando consiguieron movilizarse y comunicar con la fragata, había pasado más de una hora. Por suerte, tenían buen viento y motor potente, y consiguieron avanzar lo suficiente hasta que llegó la embarcación de defensa; pero como decía Rafael, con una radio BLU hubieran resuelto el problema en media hora. Para darle más cancha, y como sabemos que esta implantando el sistema de antenas de alta potencia para recepción de AIS entre Canarias, Azores y Cabo Verde, le cuento que llevamos una nueva AIS-SART (una especie de gps de posición para emergencias). Se queda muy sorprendido: “todo lo contrario del típico españolito, más preocupado por la moqueta del barco que por la seguridad”. Le comento que en el Irenea la seguridad es lo primero. Y así acabamos, todos tan felices. Altino vuelve a hablar con el Creoula, y se despide de nosotros. Hoy se va a Pico de fiesta. Nos recomienda ir a Portimao, y comer sardinas y percebes con vinho verde. Mateo toma nota.

 

La noche es tranquila. Cada vez abrimos un poco más el rumbo, el movimiento del barco va disminuyendo poco a poco. Todavía tenemos poco tráfico de mercantes, pero algunos ecos AIS nos llegan. Amanece con sol y nubes. Es el primer día que no está completamente encapotado. Manuel se prepara a guisar los “chocos” congelados que compramos en Horta, pero con horror descubre que son chopitos, y todos sabemos lo estricto que es con los pezqueñines. Así que Mateo se pone en cocina. El guiso le queda sabroso (con sus ajos, chalotas, cebolla blanca, zanahoria y especias) pero los chipirones están duros como gominolas. Manuel se ríe mientras se toma unos ñoquis con parmesano y tomate frito.

 

Y aquí seguimos, ya queda menos. Nuestra intención es recalar en Lagos (Algarve) pero como dijo Unai…