En navegación, entre Ponta Delgada (Sao Miguel) y Gibraltar.

Nos levantamos a las 08:00. En día aparece nublado y algo lluvioso. Mateo se va a la ducha y de compras; Manuel y un servidor acabamos de preparar el barco (hacemos agua, ponemos la trinqueta con su escotas engarruchada en el estay y cerrada con su bolsa, amarinamos el barco, etc.) A las 09:00 nos vamos a desayunar y a las oficinas de la Marina a preparar la salida. Otra vez hay que pasar por cuatro oficinas. Al menos la gente es afable. Nos es una Marina muy cara (35 euros por dos noches, IVA incluido)

Sobre las 10:00 estamos todos de vuelta en el barco. Vemos los últimos correos, y por fin se ha confirmado el ascenso de Manuel a Coronel. Felicidades. Nuestro compañero de pantalán, un francés en un Ovni 395, que navega con su padre, nos pregunta si vamos a salir. Le decimos que si. El va a esperar una semana más, aunque no está claro que el tiempo mejore mucho. Nos pregunta si es mejor ir a Cádiz o Barbate. Yo le contesto que depende el tipo de actividad de prefiera: cultural y gastronómica, o de playa.  También nos encontramos con unos noruegos (3 chicas, 1 chico con rastas en la barba y un señor de cierta edad) que están a punto de salir. Les digo si van para la península, pero me dicen que van a dar una vuelta por la isla.  A las 10:30 UTC (que coincide con la hora de las Azores) largamos amarras. Al salir de la bocana, vemos que el buque escuela ha abandonado su amarre una hora antes que nosotros. Lo seguimos por el AIS.

Salimos con poco viento, y variable de fuerza y componente según va pasando la costa de Sao Miguel por nuestro babor. Llevamos nuestra trinqueta bien cazada a la vía, medio génova y la mayor con un rizo. Hasta que no perdamos el amparo de la isla no tendremos una situación estable, así que nos apoyamos con un poco de motor. Nos dedicamos a la lectura, vaguear un poco y charlas variadas. Manuel prepara la comida (ensalada, atún con tomate y arroz blanco y macedonia de frutas). Cuando estamos acabando de comer, se nos acaba el amparo de la isla. Se entabla viento de NNE, de 15 nudos. Vamos bastante bien, sin hacer mucha agua ni pantocazos, a 55 grados de viento aparente por babor. Llevamos el piloto a viento. La estrategia dice que para ir a Lisboa debemos apuntar a Vigo (lo que en este caso para nosotros es completamente imposible). Para ir al cabo de San Vicente, apuntar a Lisboa. Tampoco lo conseguimos, y estamos dando un rumbo 105, con lo que de seguir así apareceríamos cerca de Rabat. Pero como ya sabéis de sobra, en el mar nada se da por sentado, y en poco tiempo l situación puede cambiar. Así que como les decía n mi anterior mail, seguimos tranquilos, la navegación es tranquila, el barco acostado sobre su estribor con una escora máxima de 20 grados; en principio debe seguir así al menos 48 horas.