28.MAY.11 - POS.- 20 35 50 N 55 30 00 W TIME 20:00 UTC

Los viajes del Irenea
Amancio Macia
Sat 28 May 2011 18:41

En navegación, entre Antigua y Horta (Azores).

 

Con la puesta del sol, y el mar completamente oleoso, todos sacamos nuestras cámaras e intentamos captar la luz del momento. Incluso rodamos algún video que a buen seguro tendría aceptación en los DVD de videojockeys “droga visual”. Realmente, esta no es una situación muy normal para esta zona del Atlántico.

 

A las 23:00 contactamos con la Rueda. Escuchamos bastante mal al “Danubio” (que va a recalar en Flores para hacer combustible) y a Ángelo. Rafael habla con su corresponsal en Azores (Altino) para saber si hay gasolinera en el puerto de Flores, y la operación no parece clara, máxime cuando quiere repostar 3.000 litros. Ángelo recibe un parte un poco mejor que el nuestro; al menos parece que en un par de días puede llegar a tener algo más de 10 nudos. Nuestra previsión es un poco más deprimente. En principio teníamos calmas hasta el día 2, pero Rafael nos dice que va a haber poco viento o calmas hasta el día 6. En todo caso, cambiamos rumbo un poco más el E, pues al E de los 45W hay al menos 10 nudos. Nosotros vamos tranquilos. Solo se ve un poco desesperado a Kiko, con cierta lógica, pues no es esta el tipo de travesía que esperaba. Pero esa es quizá la primera gran enseñanza: en el mar nada es lo que parece, y pocas cosas ocurren exactamente como las planificas.  Al despedirnos, Mike del Danubio nos manda un cariñoso abrazo.

 

Las guardias empiezan tranquilas, pero el cielo cada vez se va poniendo más y más negro. A lo lejos, por babor, vemos una gran tormenta eléctrica, pero está bastante lejos, no escuchamos ningún trueno. A las 06:30 UTC, casi al final de la guardia de un servidor y Caula, empieza a llover con alegría. Esta vez no nos pilla desprevenidos, cerramos el barco rápidamente y recogemos todo. Yo saco mi traje pesado. Con el cambio de guardia, sigue lloviendo. Dejamos a Juan y Kiko y nos vamos a dormir.

 

Amanece con todo el cielo encapotado, y algo de fresco. La temperatura durante el día no ha superado los 29 grados. Desde ayer por la tarde nos acompaña un pájaro de tamaño medio, parecido a una gaviota. Pedimos excusas por nuestro desconocimiento en el tema. Le hacemos abundantes fotos, así que seguro que Miguel Pérez Galdós nos ayudará a reconocerlo a posteriori. En cuanto amanece, lo volvemos a ver aparecer. Siempre la misma rutina, nos pasa por estribor, cruza por proa unos 20 metros por delante de la embarcación, y nos espera mientras le pasamos por babor. Conforme le superamos, va girando y mirándonos para ver si le damos algo. Le hemos dado pan, pero claramente lo que más le gustan son unas sardinillas de Santander. Y todavía sigue aquí, haciendo cíclicamente su rutina. Como nosotros, que todos los días a las 17:30 UTC repostamos, y constatamos que solo seguimos consumiendo 70 litros cada 24 horas. Justo cuando estamos acabando, suena por primera vez el carrete de la caña. Juan se pone a ello, pero cuando lleva 5 minutos, la presa se suelta. Algunos esbozan una pequeña sonrisa. El pajarillo deja de revolotear.

 

Como los días son muy tranquilos, la lectura cunde: Juan ha terminado “El regreso de la hija de Robert Poste”, de Stella Gibbons, y empieza con fruición “Homo Erectus” de Juan Eslava Galán. Yo he acabado “31 canciones”, y con ello mi tradición de leer un libro de Nick Hornby en cada travesía. Busco en mi ipad algunas de las canciones, pero solo encuentro dos. La próxima vez haremos un playlist con todas ellas, para ir escuchándolas conforme se leen.  Encuentro por la biblioteca del barco un libro de Lorenzo Silva con cuatro relatos cortos de casos a resolver por su famosa  pareja de picoletos investigadores, Chamorro y Bevilacqua, y me pongo a ello. Kiko lee la biografía del torero Juan Belmonte. Le dejo el libro de “historias de la Radio” de Rafael del Castillo, y le dura escasas dos horas. Caula, muy en su estilo, “Cataluña, España y la madre que las parió” de Xavier Sardà, libro dedicado al toro de Osborne y al burro catalán, “inocentes símbolos observadores de la realidad”. También lleva con rigor su diario de a bordo, y realiza Sudokus con pasión.

 

Hoy ha librado Caula. El, que ya goza de independencia y veteranía, tenía previsto hacer arroz blanco con huevos fritos. Yo le sugiero que podemos abrir unas latas de fabes con centolla que traje de Madrid. No parece hacerle mucha ilusión, pero acata órdenes sin rechistar. Luego me entra sentimiento de culpa, quizá sea un poco mandón. He pensado que siendo un día poco caluroso era el momento ideal para consumirlas. Las acompaña por un aperitivo de fuet y tostadas con tapenade y sardinillas. Además, una ensalada de tomate, atún y cebolla. De postre, repetimos piña con  nata y leche condensada. Como el plato principal ya estaba hecho, y es persona organizada, hierve col y patata para tener Trinxat de cena, que la teníamos un poco desorganizada.

 

Y nada, estamos ya ajustando las dos radios para ver que nos depara el partido. Que gane el mejor.