25.MAY.11 - POS.- 17 15 50 N 61 22 00 W TIME 22:00 UTC

Los viajes del Irenea
Amancio Macia
Wed 25 May 2011 22:10

En navegación, entre Antigua y Horta (Azores).

 

Al poco de concluir el mail, ya estábamos acercándonos a Falmouth Bay. Es un gran fondeadero, amplio, en el sur de Antigua. Tiene tres grandes marinas, y esta ubicado junto a English Harbour, la privilegiada situación que Nelson escogió para agrupar su flota en el Caribe y hacer reparaciones. Es una bahía muy cerrada, protegida y difícil de ver desde la costa. Su entrada está protegida por una construcción defensiva (Fort Berkeley); hay un  pequeño Museo, un Hotel y quedan bastantes restos de edificaciones de la época  y los “Dockyards”.

 

Llamamos por radio (canal 68) al Antigua Yacht Club Marina, y nos dicen que podemos abarloarnos sin problemas a cualquier pantalán. Nada que ver con mayo del 2008, cuando estuve aquí durante la Antigua Mailing Week, donde encontrar un sitio (y pagarlo) era una autentica pesadilla. Nos abarloamos sin problemas a popa de un Swan de 62 pies (algo más de 18 metros). No quedan casi barcos pequeño, solo algunos pequeños “monstruos” por encima de los 25 metros. Algunos clásicos de madera, donde una buena tropa de locales lijan y barnizan con fruición. Enfrente nuestro, un barco regatero con la cubierta llena de pisadas negras. Nos acercamos, y un fuerte olor a quemado nos confirma que ha habido un incendio en su interior.

 

Nos acercamos a la Capitanería, pero vemos que está cerrada. Nos tomamos unos refrescos y cervezas (Wadadli es la local), y volvemos al barco, donde conectamos de agua y luz sin problemas. Bueno, vamos a disfrutar de la recalada. Nos duchamos en cubierta, y salimos a cenar algo y a visitar los Nelson Dockyards. Está todo bastante vacío, hay muy poco movimiento. Aún así, todos indicamos las grandes diferencias de gente, construcciones, ambiente e infraestructuras que tiene Martiníca y Antigua. Buscamos algún sitio para cenar, pero los recomendables están cerrados. Al final acabamos en “Le Cape Horn”, un restaurante francés-pizzeria inclasificable. La tripulación no se quejará de la cena que les he preparado. Somos los primeros en entrar, aunque poco a poco se va animando. Tomamos un Sangre de Toro de Torres, que es único vino de relación precio-calidad razonable. Como en todas partes, Chilenos y Argentinos con alegría, pero de los peores y caros. La botella lleva una pequeña  figurita de un toro de plástico, que Caula guardo como recuerdo. Como dice Kiko, solo falta la flamenca. Volvemos hacia nuestro amarre con ganas de tomarnos algo, pero descubrimos que todos los bares ya están cerrados. Pues nada, al barco. Kiko congenia desde la bañera con una italiana de cierta edad, que va de tripulación en el Swan. Su español es más que aceptable. Están esperando a que les reparen el motor y el aire acondicionado para bajar hasta Granada. En cuanto se va, se inicio una buena discusión sobre su edad: la cosa va desde los 35 (Caula) a los 65 (Juan).  Es lo que tienen los pantalanes mal iluminados… y las italianas.

 

Nos bajamos los últimos partes de meteo, y vemos que hay una buena calma entre toda la costa de Estados Unidos y la mitad del Atlántico. Va para largo, así que hay que pensar un poco la estrategia. Todos nos vamos a dormir dándole vueltas al asunto. Por supuesto, noche de calor y mosquitos. Nos parece que hemos trasnochado mucho, pero no son ni las 23:30 LT.

 

A la 05:00 empieza a clarear. A las 06:00 LT ya se moviliza la gente en el barco. Juan empieza a hacer colada. Caula se ducha en popa. Kiko duerme en proa. Al final, volvemos a ver los partes, y decidimos cargar más combustible, y salir hoy mismo hacia Horta, pero en una ruta mucho más directa de la habitual, sin tener que ganar Norte al principio. Cuanto más al Norte tenemos más calmas. Como no había podido hablar con él por radio, llamo a Rafael del Castillo que me dice que nuestra decisión es acertada. Que acaba de hacer el seguimiento del “Danubio” y ha tenido que hacer casi el 80% de la travesía a motor. Volvemos a quedar para intentar contactar esta noche.

 

Así que dedicamos la mayor parte de la mañana a buscar algunos bidones más, lo cual no es tarea fácil, dada la poca actividad que se registra en la zona. A las 08:00  abre el Shipchandler, pero no tiene  ninguno. Al final, conseguimos 5 en la gasolinera cercana, y nos prometen que nos pueden traer 10 más bastante rápido. Tardan unas dos horas. Para colmo, cuando vamos a la Capitanería a pagar (por cierto, manejada con rigor por una italiana) nos dice que no tienen gas oil para servirnos. Al final vemos moverse por los pantalánes una pequeña mini van que utilizan los megayates para trasladar sus equipajes y útiles. Pactamos con el conductor, y nos vamos con los bidones a la gasolinera. Los llenamos (lo que lleva su tiempo) y de vuelta al barco.  Nos queda la estiba de estos nuevos 15 bidones. Juan se presta con diligencia a solucionar el problema. Los fijamos a la regala y a los tangones, con cabos y eslingas. El trabajo lleva casi una hora, pero queda perfecto. Que gusto da siempre ir bien acompañado.

 

A las 12:00 hemos acabado, nos vamos a tomar algo (helados, refrescos, sándwiches), nos damos una ducha, y a las 12:30 LT embocamos las boyas de balizamiento del canal de Falmouth Bay. La italiana nos saluda con la mano, y nos desea “buena proa”. Yo creo que ronda los 50 altos.

 

Y aquí estamos, a motor (2.000 RPM) y con 5 nudos de viento real, en componente, como no podía se de otra manera, casi de proa. Dando rumbo 60 (entre Este y Horta). A 6 nudos de velocidad. ¿Dónde está el Alísio?, no se preocupen, lo buscaremos.