06.DIC.10 - POS.- 14 09 00 N 43 58 30 W TIME 19:30 LT (UTC-2)

Los viajes del Irenea
Amancio Macia
Mon 6 Dec 2010 19:44

En navegación, entre Las Palmas de Gran Canaria y Santa Lucía.

 

Como bien sabe Mañas, no soy muy dado a tener en mente que llevamos, que nos queda o que hacemos. Sencillamente, para por una vez no tener el tiempo siempre presente. Ese tiempo, esas horas que tanto agobiaban a Antonio Vega. De esta manera, los encabezados de estas entradas diarias son un poco absurdas, les falta “algo”. Aún así, y saltándome mis propias normas, les voy a dar tres datos: Primero, que llevamos más de dos mil millas recorridas. Segundo, que nos quedan algo menos de mil millas hasta Santa Lucía. Tercero, que ayer hicimos el record de distancia recorrida en 24 horas de esta travesía: 172 millas, de las cuales 168 han efectivas a destino. No es record del Irenea, que lo hicimos bajando a Canarias, con 176 millas, pero casi estamos ahí.

 

La noche fue tranquila, algo que se agradece después de los chubascos de la anterior. Andamos sobre los 7 nudos, con toda la mayor y génova amurados a babor. Viento de 15 nudos, de ENE – NE. Por la mañana nos baja un poco, pero seguimos con el mismo aparejo. Nuestra velocidad se reduce ligeramente. Manuel se queja un poco, pero no le hacemos mucho caso. Se espera que esta noche se establezca ya un mínimo de 20 nudos, y casi no nos abandonen hasta Santa Lucía.

 

Otra noche más en contacto con Rafael, la dedica principalmente a hablar con el “Danubio”, un barco de 25 metros, que llega a Mindelo (Cabo Verde) hoy al mediodía. Necesita amarre y 1.200 litros de diesel. Rafael tiene una red de colaboradores por todo el mundo, pero especialmente activos son “Pulu” en Cabo Verde y “Altino” en Azores. Habla con Pulu por Skype, y en unos minutos todo está coordinado. Según nos contó Rafael en su propia casa, ahora esta trabajando en poner antenas receptoras de VHF de gran potencia y a la mayor altura posible (en montañas por encima de los 2.000 metros) en Azores, Cabo Verde y Canarias, para poder tener recepción de eco AIS en un radio de 1.500 millas. Intenta volver a hablar con el “Saliar” sin conseguirlo. Nos pide que cuando lo veamos en Santa Lucía se lo comentemos. Así lo haremos. Al acabar la rueda, hablamos con el “Sir Drake”, que está 70 millas por detrás de nosotros. Nos cuentas sus quinielas sobre la fecha de llegada. Coincidimos en lo básico, pero nosotros intentamos no hacer muchas.

 

Después del frenesí de pesca de hace unos días, Manuel no ha vuelto a echar las líneas. Así que pasamos el día entre guardias, lecturas, mails, blogs y algo de música, que ponemos en el equipo por las tardes. Esta tarde la he dedicado a las chicas: Oleta Adams, Nina Simona, Sarah Vaugman, Nancy Sinatra (“Two Shots of Happy, one Shot of Sad…”) e incluso la versión de “Harvest Moon” de Jane Brikin. Juan devora los libros de Patrick O’Brian. Caula hace sudokus y se entretiene con un libro de vela que había por el barco. Manuel ha acabado “Los Marineros perdidos” de Jean-Claude Izzo.

 

Hoy se ha producido un suceso digno de mencionar, que sorprenderá y agradará en especial a Ana y Mariano: Caula se ha levantado, y en su día de libranza, después de limpiar y recoger disciplinadamente, nos ha dicho: “he pensado en cocinar unos garbanzos estofados con tomate, ajo, cebolla y bacon”. Lo han escuchado bien. No ha mirado el menú, no ha preguntado; todo ha surgido de su propia iniciativa. Si señores, hay esperanza. Al final haremos de él un cocinero. Por supuesto, después de unos segundos de estupor, todos le hemos dicho alegremente que el menú nos parecía fantástico. Que quizá lo debía reforzar con algo, como una ensalada fría de arroz, con cebolla, atún, habitas y pimiento morrón. Dicho y hecho. Eso hemos comido, y además estaba muy bueno. De postre, natillas con galletas Chiquilín y caramelo.