04.AGO.2012 - POS.- 37:03.7000 N 15:17.3640 E TIME 23:00 UTC
Amarrados en Marina Yachting, Siracusa (Sicilia). A las 06:00 de la mañana ya estamos en funcionamiento: hay que
devolver la ficha de acceso a baños y duchas, recoger agua, electricidad
y pasarela, y arranchamos el barco a son de mar. A las 06:30 ya estamos en
bocana. No hay casi viento, pero si muchas barquitas pequeñas de pescadores. Hacemos toda la navegación a motor. Dejamos la bahía de Catania por
nuestro estribor, y pasamos las instalaciones industriales de Augusta con una
buena cantidad de mercantes alrededor. Uno de ellos, de aspecto bastante nuevo,
está varado junto a la costa, ya muy cerca de Siracusa. A las 13:00 horas estamos a la altura de Castillo Maniace, la punta
del morro de Ortigia, la antigua ciudad histórica de Siracusa. Nos acercamos al
“Porto Grande”, donde hay se encuentra la “Marina
Yachtinbg”. También hay muchos barcos amarrados directamente de popa y
con ancla al muelle del Foro Itálico. Llamamos por el canal 69 para pedir
amarre. Nada, ni caso. Al final nos acercamos con el barco a la oficina, y
pedimos ayudas a gritos. Aparece el “ormegiattore”, con su camiseta
roja, y nos situamos de popa entre un Hanse 540 italiano y un Taswell 43
francés. El “posto” es algo malo, el pantalán es muy bajo, y todos
los barcos se mueven bastante con el viento y el oleaje. Comemos en el barco, descansamos algo, llegan Carmen y Montse en
coche, y nos vamos a descubrir la vieja Siracusa. Paseamos por sus calles
estrechas, la vía Roma, la vía Cavour, A la mañana siguiente nos dividimos. Montse y Carmen se van a un
lido en Fontane Bianche y nosotros nos vamos a ver Noto, la joya del barroco
italiano y Patrimonio de Regresamos todos a mediodía, y quedamos para cenar. Mateo busca un
restaurante fuera de Ortigia, y nos damos una buena caminata hasta el
resturante “Jonico, A Rutta e’ Ciauli”. El sitio es muy
curioso, con una terraza al borde del mar, y con un impresionante lido en la
parte inferior, que trabaja como zona de copas por las noches. La jefa de la
casa nos recita las recomendaciones del día, y toma toda la comanda sin tomar
una sola nota. Buenos antipasti marinados y pulpo gisado, y pescado al zumo de
naranja o guisados a la siciliana con vino blanco, tomates peuqeños, cebolla y
alcaparras. Los mosquitos nos atacan con alegría. Pedimos una vela a la
citronella. Se hace rara la mezcla de comida tradicional con musica
“lounge”. Volvemos en taxi, y nos vamos a tomar algo a la terraza
del Castillo Maniace. Ha sido un día y medio intenso en Siracusa, pero nosotros
nos tenemos que mover. Empezamos nuestro camino de regreso. |