20.JUL.11 - POS.- 37 36 50 N 21 46 30 W TIME 20:00 UTC
En navegación, entre Ponta Delgada (Sao Miguel) y Gibraltar. Con la puesta del sol Mateo rememora todos sus veraneos con
Isabelita y Amancio en Torrevieja, sus viajes en el “rapido” entre
Madrid y Alicante (que tardaba 12 horas), y como muchas veces le daban de cenar
huevo duro y fiambre; dicho y hecho, Manuel prepara un plato combinado de fiambre
portugués, huevos duros y espárragos. Durante la cena hablamos largo y tendido
de esos veraneos en Santa Pola, de La noche transcurre tranquila y fresca, con alguna lluvia ligera. Hablamos
con Rafael a las 23:00 UTC. Llama a varios barcos pero ninguno contesta. Nos
pasa la meteo, y coincidimos en que no está mal del todo. Tenemos que intentar
ganar o mantener la mayor Latitud Norte posible, pero no siempre es fácil con
viento del NNE y avanzando hacia el Este. En cualquier caso le comentamos que vamos
muy bien, y firmamos de sobra por este tiempo. Cuando acaba con el Irenea,
entra por fin en comunicación el Pakea, que sigue en su misión oceanográfica
por aguas de Québec. Han filmado Roncuales comunes y algunas ballenas Beluga. Al
final también entra en la rueda “Lelo”, que está por el Caribe y le
comenta su intención de ir a Venezuela. Se lo desaconseja completamente. “Venezuela
es lo peor, mucho mejor Colombia”. Las guardias son de hora y media de rueda, hora y media en bañera y
tres horas de cama. Arrancamos a las 23:00 y acabamos a las 08:00 horas. No hay
mayores incidencias. El viento, NNE de 15 nudos. Hacemos rumbo 105º y una
velocidad de 6 nudos. En algún momento nos sube a 20 nudos, así que decidimos
rizar un poco más el génova e ir más tranquilos; en proa cuesta dormir un poco,
con el ruido y movimiento del mar. Un carguero con destino Lisboa llama
repetidas veces al buque escuela portugués “Creoula” sin éxito. Amanece nublado, pero conforme avanza el día se va imponiendo el
sol alternando con nubes. Vamos tranquilos dormitando, leyendo y charlando.
Manuel ha vuelto a hacer la comida: ensalada de apio, cebolleta y espárragos y
una pasta con pisto. De postre, fruta natural con caramelo. Al acabar de comer, el viento nos rola a favor, lo que nos permite
volver a ganar algo de Latitud Norte. Vamos con cierta alegría, se nota que
hace tiempo que no navegábamos juntos; todo sería perfecto si no fuera por algún
desagradable pantocazo que nos perturba de vez en cuando, pero así es la vida
del marino. Nos cruzamos con un velero en dirección a Azores. Comentamos el
poco tráfico que tenemos, que ira aumentando progresivamente conforme nos
acerquemos al Estrecho. |