Llegando a las Azores

Crónicas desde el océano
Quetu
Thu 19 May 2022 10:12
Jueves 19

34•51.750’N
028•19.710’W
COG- 045
SOG- 11,5
TWS- 30
TWA- -90
Full sails

Estimados:

Falta un día para llegar a las Azores. Y digo “las” porque suena más romántico, como “la mar”, así es como le dicen en español cuando la quieren. Ayer fue miércoles y si no escribí fue porque hacía 3 días que no podía dormir, literalmente, ni 10 minutos. Me acostaba y cerraba los ojos e intentaba concentrarme pero nunca lograba relajar mi mente y soñar un rato. El barco se bamboleaba para un lado y para el otro, porque si escora vaya y pase, uno se acuesta sobre un lado de la cama y chau, pero si se mueve para un lado y para el otro creanme, es imposible conciliar el sueño. La mar de fondo estaba caprichosa, las olas se elevaban como montañas y nos levantaban cada cinco o seis segundos. Hoy también, pero con vela es diferente, el barco se apoya.
El único recuerdo de un rolido semejante fue una regata que corrí en un Miura 31 con Spinnaker, a los tumbos. Bueno así. Desde mi camarote escuchaba como Mike iba rebotando por los pasillos, o como en cada ida y vuelta se caía algo que, les juro, habíamos amarrado insistentemente. En la cocina se escucha el ruido de las correas del alternador patinar cuando el barco se apoya a estribor, y parece la banda de sonido de una película de Kubrik. El relé mecánico que cambiamos cuando se rompió el piloto automático, cada segundo hace “taka-taka, taka-taka”. Y todo parece una canción siniestra y desafinada.

Entonces ayer decidí dedicarme a conciliar el sueño. Armé con siete almohadas una especie de cuna, tomé media copa de un blue curaçao que quedaba en la cocina, y a dormir.

El asunto es que de cualquier forma estamos motivados porque mañana llegamos a Azores, y acá es donde empieza la aventura. Las millas restantes hacia Groenlandia son bastante más desafiantes y un recreo en tierra (mitad recreo, mitad trabajo) nos puso una zanahoria enfrente de los ojos.

Sasha mira una película de Disney mientras yo escribo, por suerte ya hace frío y la vida adentro se disfruta bastante, Mike aún no se despertó. Nikita tampoco puede conciliar el sueño y ya leyó unos ocho libros, y Jero, en popa, tiene la versión VIP de nuestro soundtrack que viene con el arreglo del chillido del piloto automático incluido. Que según él le habla al grito desafinado de “y bueno, y bueno..”

Con todo, me despido y agradezco una vez más a mi amiga Lula que se dedicó a compartir todos los posts en Instagram y Facebook para que puedan leerlos. Nos vemos en la segunda etapa!