LA PREVIA

Crónicas desde el océano
Quetu
Sun 1 May 2022 00:01
Faltan dos días para tomarme el bus a Brasil y la panza se me estruja de los nervios. Siento una electricidad que me corre por la sangre, como cuando bajás el puente de La Barra, como cuando la persona que te gusta te dice algo revelador, o como cuando te cuentan una muy buena noticia. El cuerpo se te afloja pero la espalda se pone erguida, como sabiendo que lo que estás a punto de hacer es una inyección de confianza con vos mismo. La decisión de ir ya es un desafío, no quiero imaginarme lo que voy a sentir cuando esté ahí arriba, soltando las amarras, para ir navegando hasta Groenlandia. 
    
    Busqué en internet algunas fotos y el lugar es mágico, las casitas parecen salidas de un cuento y se pueden ver los icebergs más grandes del planeta. En el cielo pasan cosas, la superficie del mar tiene vida propia. Es un destino que en la vida de un ciudadano normal no existe en la lista de lugares a conocer,  el ciudadano normal piensa que el Ártico sólo puede espiarse, porque le pertenece a otros. 

     Pero yo voy a sentirlo, y voy a vivir la llegada más triunfal que jamás pude haber imaginado: Voy a llegar navegando a vela. Como la quinceañera que llega a su fiesta en un yate de lujo, o como la novia que entra a la iglesia de la mano de su padre, así voy a llegar yo, navegando. 

     Faltan dos días para subirme al barco con el que voy a cruzar el océano y la tripulación es un espectáculo, -luego se enterarán cuál es el detalle de color de esto-. Fue difícil acceder a semejante propuesta con personas desconocidas que no hablan mi idioma, no comparto nada con ellos, más que el amor por navegar. Ellos arman expediciones Polares con ciudadanos aventurados que eligen pasar sus vacaciones navegando por los lugares más inhóspitos e imponentes del planeta, y este será el delivery. Nuestro barco, un 67 pies de acero construido para correr la Global Challenge, será nuestro hogar por estos dos meses. 

      En breve estaré compartiendo por este medio los links del posicionador satelital y del blog donde estaré subiendo un resumen del día. Pero el primer link que voy a dejar es el de la empresa que me adoptó, durante esta aventura, como parte de su tripulación: Arcantarc. Aquí hay fotos del barco (RA) y de la expedición a la que, sin dudas, quien tenga la oportunidad de ir será un privilegiado -y no lo digo solo por navegar con esta quinceañera entusiasmada- sino porque conocerá ese rincón del mundo que no se puede mejorar ni con la imaginación. 

Agradecida con el universo, con mi suerte, con todos los que me apoyaron y dieron la oportunidad de cumplir este anhelo. Nos vemos en el Polo Norte!! jojojo