Tirando bordes

Crónicas desde el océano
Quetu
Fri 10 Jun 2022 07:11
54•38.56’N
037•31.91’W
COG- 003 (A Islandia)
SOG- 7kt
TWS- 32kt (bajando)
TWA- -60
Mayor con dos rizos y Staysail
Pienso que navegar y tomar sol tienen algo en común; y es que, aunque uno no haga nada para que suceda, transcurren. Cuando me refiero a nada no estoy subestimando la labor de los navegantes, no, pero una vez puestas las velas, así como apoyada la reposera, el navegante idealmente saborea el placer de navegar.
Se imaginarán ustedes entonces una navegación placentera y soleada. Sin embargo el navegante -criatura que goza de las miserias que la actividad proporciona- se somete a esperar en su reposera (la mesa de navegación o la bancada de un cockpit) incluso distante de un sentimiento de plenitud menoscabado por la tensión de las condiciones naturales que lo amenazan.
Defoe decía “que la Providencia había sido infinitamente buena al imponerles límites a la visión y la inteligencia de los hombres, que aunque caminen en medio de tantos miles de peligros, cuyo conocimiento turbaría su espíritu y abatiría su alma, conservan la calma y la serenidad por el desconocimiento de las cosas que ocurren a su alrededor y los peligros que les acechan.”
Aunque la calma estaba poco preservada, el día de ayer me convertí en una sobreviviente (y sin dudas no hablo literalmente).
Me levanté bajo la presión de la promesa a la que me había sometido, y era preparar tostadas francesas para el desayuno y canelones para el almuerzo. Al ver el Transas noté que habíamos perdido 160 millas náuticas tirando bordes en los últimos 3 días y mi alma se estrujó como los trapitos mojados que tapizan en pasillo para combatir tanta entrada de agua. En mi guardia matutina (de 3 a 9am) así como me terminé el café empecé a hacer los panqueques y el relleno.
Esto que parece moco de pavo me llevó desde las 4am hasta las 8am, solo preparar 15 panqueques, un relleno de carne y hervir una calabaza. Es decir que mis canelones se vieron interrumpidos por el capricho de las tostadas francesas y mi oportunidad de ir a dormir.
Ni bien puse las primeras tostadas en la sartén un estrepitoso ruido seguido de un temblor constante hicieron que salga corriendo, como estaba, al cockpit; se había cortado la escota del Staysail. Para nuestra suerte teníamos de todos modos que hacer una virada, pero esos 10 minutos sin campera me hicieron entrar en consciencia de estamos llegando al ártico.
Seguido de este pequeño evento desafortunado el piloto automático volvió a fallar. Le rezé a todos los santos por que aguantara al menos tres días más ya que timonear en esta condición es nocivo para el espíritu humano. A pesar de no poder referirme a una ceñida rabiosa (ya que a menos que naveguemos con motor + mayor el barco no hace menos que un TWA de 55•) las olas que vienen de proa y ya están grandecitas pasan por arriba de la carroza como si estuviésemos en la Volvo. Con la diferencia que, en un barco menos veloz, al pasar por arriba de la chubasquera no siguen derecho hacia popa sino que, por la propia fuerza de gravedad, caen sobre todo navegante que se encuentre en el cockpit.
La siguiente guardia fue la misma miseria, el barco saltaba y el alma humana se sentía perturbada en cada pantocaso. El piloto fallaba, y seguido de cada ola se escuchaba el baldaso de agua filtrar por las escotillas. Seguí con determinación preparando mis canelones, los que finalmente terminé a las 20hs, es decir que me llevó 8hs confeccionar canelones de carne y calabaza el día de peor condición oceánica.
Hoy el asunto sigue igual pero con la motivación de que el viento bajará a unos 20kt y se irá prestando. El cuerpo se siente cansado del movimiento constante y el oído interno, si es que aún vive, engaña con una sensación de fatiga mental e imposibilidad de conciliar el sueño. Yo no sé como hiciste Gerónimo St Martin, pero sobrevivimos únicamente porque podemos gozar de los servicios del Webasto en el interior del barco, porque afuera y a los mojones, hubiese terminado congelada como Walt Disney.
Eso es todo amigos, por hoy es un montón! No voy a negar en entusiasmo de arribar a la isla, aunque consideramos la posibilidad de no poder acceder al primer puerto debido al hielo que bajará con un viento que rodea el cabo.
Nos encontramos la próxima! 💫