No me olviden

Crónicas desde el océano
Quetu
Fri 30 Sep 2022 23:32

Nos ha tocado habitar un tiempo breve y complejo que al universo parece importarle bien poco, y sin embargo es lo único que tenemos. Tiempo y amor. Y si hablamos del tiempo es indispensable entonces, darle valor a cada instante. Y si hablamos de amor devenimos en otras ilusiones que pueden arreglar o destruir nuestro tiempo.

Quien no ama, está solo. Quien no se siente amado, está solo. ¿Y qué es la vida sino un suceso de distracciones de esta soledad? Sin embargo hay veces que nada es suficiente para despertar y no sentir ese vestigio de angustia que nos observa desde lejos, en la cama, solos.

Despertar acá es la ilusión contraria, los primeros minutos que suceden al sueño tienen necesidades urgentes inherentes a la navegación. Pero al pasar el tiempo -el que en la guardia se pasa muy lento y pegajoso- resurge aquel angustioso vacío solitario. Que se refleja en el horizonte vasto y despojado, en las caras de aquellos que ni amamos ni nos dan amor.

A pesar de estar saboreando cada horizonte, cada ola que pasa por abajo del casco, cada racha y desafío de esta vez tener un puesto de responsabilidad considerada, de pasar de depender a tener dependientes, a pesar de todo esto hoy me atraviesa la angustia del amor que no puedo dar, y me percibo sola.

Y no hay expresión más contundente de la soledad que el olvido.

Por eso les pido a ustedes, aquellos que están leyendo por primera vez o aquellos que comenzaron a leerme en el primer cruce, que me escriban. Cuéntenme como está su gato, no se, cualquier cosa, tal vez un simple “estoy acá, del otro lado.” Es suficiente para sentirlos.
Y hago referencia a una frase final de una película argentina, en donde un hombre , castigado por las aberraciones que ha hecho, encuentra una única oportunidad de dialogar y pronuncia: “Decile, por favor, que me hable.”

Encontrarán como hacerlo en el siguiente link:

Share.garmin.com/EnriquetaBonomi

Con mucho amor, Q.