ANTÁRTIDA - Miré al cielo.

Crónicas desde el océano
Quetu
Wed 8 Mar 2023 22:36
Martes 7

Isla Nansen / Enterprise

La guardia nocturna estuvo desafiante. El viento helado entraba por la aleta (por la parte de atrás del barco) y no había chubasquera que nos proteja. Las guardias eran individuales de 3hs en el cockpit (afuera) como medida de prevención ante el hielo que anduviera flotando. La visibilidad era mala y una llovizna insistió con perturbar mi guardia a eso de las 4 de la mañana. Lo puesto era: botas de goma hasta las rodillas con abrigo interior, calzas térmicas debajo de un pantalón de ski, y en el torso; remera térmica, pólar, campera de pluma Uniqlo, debajo de campera de pluma Marmot, debajo de campera de pluma Simond, debajo de campera de traje de agua Musto, debajo de chaleco autoinflable. Literal. No había otra forma de mantener la guardia afuera como corresponde.

Amanecí en plena maniobra de amarre. A nuestro babor, el naufragio ballenero Enterprise, a nuestra proa, unos pocos metros adelante, la pared de un glaciar. El paisaje era soberbio. Nevaba grueso y la imagen del ballenero oxidado asomando sobre la marea baja, otras barcas de madera semi destruidas por el mar, y los acantilados de hielo agrietados haciendo equilibrio sobre la isla, era la expresión más contundente de paisaje remoto, de condiciones extremas, del lugar al que había soñado venir.

Los copos de nieve caían erráticamente sobre la cubierta del barco y al poco rato mi campera lucía una capa blanca. Miré al cielo, sentí el regalo del universo ante mi deseo de ver al Bazileus nevado, abrí los brazos para recibirlo, y agradecí.

Me agradecí por haber conducido mi vida y permitirme recibir estos regalos. Les agradecí a mis viejos, a mis amigos, y a aquellas personas que no me conocen demasiado y su pequeño gesto me permitió estar hoy mirando al cielo, dialogando con el universo, con la naturaleza, con los pingüinos y esas grietas de hielo que me hipnotizaban. Llegar a vela no carece de significado. Sentí júbilo. Me di vuelta, y desde adentro estaban todos mirando.
Les sonreí.