El día más hermoso (Icebergs!!)

Crónicas desde el océano
Quetu
Sun 12 Jun 2022 09:49
59•10.209’N
43•07.957’W
COG- 308
SOG- 9.5
TWS- 42
TWA- 83
Mayor con 3 rizos y motor
Temperatura del aire: 2•C
La cámara del tope del mástil se caía con la vibración de las olas y el golpe de las propias drizas. Cada tanto yo, que estaba encargada de la navegación mientras Sasha descansaba por primera vez en dos días, con el mouse corregía el defecto para poder mirar el horizonte. La mar estaba con poca visibilidad, la lluvia y el spray de las olas formaban figuras difusas y el lente de la cámara estaba empañado. Los 40 nudos de través y las crestas blancas rompiendo sobre el océano me mantenían alerta, mi corazón latía con fuerza como esperando que sucediera algo. Yo estaba completamente vestida, hasta con el arnés puesto. Sabía que si algo se rompía y había que salir de urgencia, debía estar preparada.
Comencé a distinguir un horizonte extraño en la cámara, ya lo había visto antes cuando los rayos del sol pegaban solo a lo lejos y formaban una línea blanca sobre el agua. Pero este era diferente; la línea se venía acercando muy rápido. -¡Sasha!- grité para despertarlo - ¡I guess this is ice!- Sasha salió con los binoculares y yo con mi propia vista y logramos confirmar que lo que veíamos era hielo que se acercaba. Salió corriendo al timón e intentamos derivar todo lo posible sin trasluchar, hasta que por un momento lo tuvimos a menos de 500 metros.
Con cada ola se presentaban sus formas. Algunos lucían esculturas, otros eran simples planchadas con algún animal sobre ellas. Me paré estúpida en la escotilla a mirar toda esa blancura. Nunca había visto hielo flotando sobre el agua, nunca fui al Perito Moreno. Lo único que sabía de los glaciares era como descendían en la montaña.
Pero esto era revelador. Hielo flotando sobre el agua inhóspita del océano inhóspito. No había nadie que supiera que ese hielo estaba ahí más que nosotros. Nadie lo estaba mirando, era nuestro y nada más. La naturaleza, una vez más, nos mostraba su arte.
Aún no llegamos es cierto, ni tampoco cruzamos el cabo, que representa el tramo más difícil. Nos encontramos a 90 millas náuticas del puerto donde vamos a recalar esta noche, Nanortalik. ¿Llegaremos antes del jetaso? Aquellos que gozan de la suscripción de Predict Wind tal vez se atrevan a descifrarlo