Salimos de Ilheus el lunes 5 de septiembre, sobre las 07:00, despues de haber desayunado como dios manda, para cubrir las 55 Nm que la separan de Camamú. Navegamos a vela con buen viento entre traves y un largo que es una delicia. En Ilheus hemos conocido a un barco de "gauchos", que es como llaman en Brasil a los naturales de Rio Grande do Sur, que nos han recomendado mantener el motor en marcha, aunque sea sin engranar la helice, para advertir o refrenar a las ballenas en su curiosidad. Así lo hacemos, afortaunadamente el motor del ALIENA a bajas revoluciones es tan silenciose que ni se nota.

¡Y funciona! Al rato de salir nos cruzamos con una hembra con su cria que estaban cruzando nuestra derrota y observamos como se paran y nos dejan pasar; una vez hemos pasado, se sumergen y continuan su camino. Así que hemos mantenido el motor siempre en marcha, navegando a vela y engranando la helice ocasionalmente, solo cuando hemos visto grupos numerosos de cetaceos involucrados en actividades "extrañas" que parecian ignorar nuestra presencia, supongo que estaban con los cortejos del apareamiento. En este caso la helice parece que les ha hecho reaccionar a nuestra presencia y hemos pasado sin incidencias. Hete aqui que  hemos descubierto una manera nueva, al menos para nosotros, de comunicarnos con las ballenas y a la vez de salvaguardar nuestra integridad y la del ALIENA.

Como ya he dicho varias veces, nos dirigimos a Salvador, a donde Pablo llega el viernes 9, nos lo tomamos con calma y hacemos varias paradas. La primera es en Camamu, el esturario del rio Marau, un lugar que en pocos años se ha llenado de posadas vacacionales y se ha "urbanizado" mucho desde nuestra primera visita en 2007. Es curioso que son todo islas y que el unico acceso es con barcos, escunas, taxis acuaticos, autobuses acuaticos y barcas de todo tipo y condicion. Las vistas son espectaculares, como se ve en las fotos.

Nuestra estancia es corta y no llegamos a desembarcar, la mañana del martes 6 cubrimos sin incidentes, salvo los habituales encuentros con grupos de ballenas, las 37 Nm que nos separan de Morro de Sao Paulo, otra isla en la desembocadura de otro rio, la Isla de Tinharé. De Morro ya hablamos en la entrada de nuestra ruta hacia el Sur, un tipico lugar de vacaciones brasileñas donde no hay coches y lo mas notable son las piscinas naturales que los arrecifes forman frente a la costa, aunque como los brasileños gustan del ruido y las emociones, han proliferado sobremanera las excursiones en lanchas rapidas rio arriba, motivo por el que el trafico de "planchas motoras" a velocidades de 25 Ktns o mas, cruzando el fondeadero en ambos sentidos, es creciente y si quedaba algo vivo en el fondo este "tratamiento de choque" lo acabrá de matar en poco tiempo.

Morro de Sao Paulo conserva las fortalezas del gobernador de la Capitania de Ilheus que se instaló aqui y las construyó en 1.630.

Bien descansados y con las pilas recargadas, el jueves 8 salimos hacia Salvador de Bahia, distante 30 Nm.

MgM

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