Los valientes

Crónicas desde el océano
Quetu
Sat 1 Oct 2022 21:37
POS
53•36.875’N
38•11.007’W
COG: 123
SOG: 8,5 kt
TWS:33 kt
TWD: 224
Mayor con 3 rizos + staysail

- ¡Enri vení! Se llenó el tobogán de abejorros.- me gritaban mis compañeros mientras volvía de almorzar. Me dieron la mano y me arrastraron hasta el lugar donde estaban los juegos de niños, que al ser de madera sus agujeros eran un perfecto habitáculo para estos insectos intimidantes. Teníamos 5 años, siempre fui “la valiente”.

Crecí con ese discurso y recién en mi adolescencia empecé a entender que tenía miedo de muchas cosas. Que me esforzaba para serlo pero no estaba muy segura de poder cumplir el mandato.

Hoy soplaron 30 nudos con rachas de 40, desde que salimos de Groenlandia nos acompaña esta condición y por supuesto las olas empezaron a tomar protagonismo. Ni bien empecé mi guardia sonó la alarma del piloto automático. Otra vez sopa. Me vestí rápido y salí corriendo al timón. Entendí que en algún momento pasado esto me hubiera dado miedo, barrenar olas de 6 metros y tocar los 12kt con un barco de 40 toneladas tenía su desafío. Pero hoy fue distinto, lo disfruté cada segundo. Las olas rompían en la banda de estribor y me bañaban por completo mientras Jero, Dima y Sasha se encargaban de abrir el recoveco que esconde el motor de los pilotos automáticos (porque tenemos dos). Yo luchaba contra la resistencia de aquella rueda gigante de acero inoxidable que se me iba a la orza en cada ola y me chupaba los labios para sentir la sal que me chorreaba la cara. Me abstraje un segundo para ver la escena que no dejaba minuto sin carcajada, porque el vericueto que representaba entrar al recoveco era de por sí gracioso, y cada ola grande provocaba en todos una risa. Me abstraje y nos vi ahí en la popa, bañados de sal, subiendo y bajando en cada cresta monstruosa, acompañando la espuma de la rompiente intentando ingeniárnosla para encontrar la bendita falla del sistema; que el relé, la bomba de aceite, los carbones, los contactos, riéndonos y disfrutando de cada momento, con 40 nudos en el medio del océano, “somos unos valientes” pensé. Y me sentí muy feliz.


El challenge de hoy es el siguiente:
Nos corresponde hacer un ángulo más orzado, sin embargo las olas hacen que cada vez que la proa caiga, golpee fuerte contra la superficie del agua y todo vibre. Si bien es un barco de acero ¿Está bien que esto suceda? ¿Qué efecto puede causar en el barco y cómo resuelvo esta condición?


Esto es todo amigos, es casi nada y es un montón! Que viva la navegación a vela!