En navegación, entre Marina Rubicón (Lanzarote) y Marina Sansouci (Santo Domingo, Republica Dominicana)

Una noche más surfeando, esta vez con vientos entre 15 y 20 nudos, y al 240º. Hemos hecho medias de 6,5-7 nudos. El mismo aparejo (mayor con un rizo y génova al 75% ambos en la banda de estribor). A veces baja un poco el viento, sacamos todo el génova. A veces sube, recogemos. Eso, para todos los que piensan lo apasionante que debe ser estar aquí.  Pero no nos quejamos, es lo que nos gusta, y estamos muy a gusto.

En mi experiencia no hay que obsesionarme con lo que llevamos, con lo que queda, con lo que hacemos cada día. Pero por supuesto, es un clásico de las conversaciones. Como dato, llevamos tres días haciendo al menos 160 millas, y el día 23 hicimos record, 180 millas en 24 horas.

Ayer no logramos hablar con Rafael del Castillo, pero la noche anterior tuvimos comunicación con él muy clara. Esta mañana nos ha llamado Enrique Curt al Iridium. Nos ha dicho que estábamos a mitad de la flota, y que vienen unas jornadas de vientos variables, entre flojos, o incluso algo de proa si nos toca la parte inferior de la baja, cosa que más o menos ya sabíamos. Nos da ánimos; de latitud también estamos centrados, así que tenemos margen para bajar o mantenernos. Por cierto, hemos pasado el Trópico de Cáncer.

En la pesca, hemos tendido dos fuertes picadas al amanecer. En una hemos perdido hasta el señuelo, y en otra se nos has escapado después de 5 minutos intentando recuperarlo. Vamos a 8 nudos, y es difícil que aguanten. Hace escasa media hora hemos conseguido traer uno, pero es tan pequeño que no merece la pena mencionarlo. Ha llegado completamente muerto, y con la boca destrozada. Además, parece una melva (quizá el peor de los túnidos). Ahora investigaremos los “Guía de referencia rápida para el reconocimiento de atunes”, herramienta indispensable en todo barco que se precie.

Hoy ha cocinado el Sr. Font, ayudado por Caula. Col con patatas rehogada con ajo y carne mechada con salsa de mostaza. De postre, una pieza de fruta. Por lo demás, lectura, música, algunas duchas, y tertulia en bañera del clan catalán después de comer, con Toño de guardia en la bañera.